domingo, 20 de abril de 2008

Una calle de Londres, una tarde, y una noche

Caminar, caminar oler, oler por Londres, oler a calles y en perfiles la sombra la nube tenue, respiras, rincones genuinos, crees, paredes grises y ladrillos, avanzas, ahora luces y ruido, todo bien, very pretty paseo, las caras castas se arruman sin embargo, el carnaval que ha llovido de antaño en solitarios lienzos no dan de beber, nada nuevo te baña, es de día y no sudas, es de día y ya el día se pierde, los rincones genuinos se pierden, los rostros de a lo lejos que buscan se van, los llamados de antiguo que contemplan la tibieza de lo ausente, que preguntan y estrechan saludos en función de una sonrisa, que levantan el paso en su propio baile, que son niños y de niños alzan las manos para reconocer una cantata de pájaro herido que ha recobrado su vuelo, alzan las manos al horizonte que se pierde y la voz es pulpa, y tú te imbuyes, te haces de lado y contemplas lo por nadie visto, y un sorry sorry te golpea y se marcha sin esperar respuesta, sorry sorry se pronuncia de nuevo y te golpea la cara con un hazte a un lado de mustio, sorry sorry, tú aprendes a decirlo antes de entenderlo.

Entonces dudosa enmienda, aquello que has visto ya se ha ido, y tratas de buscarlo y te encaminas a precipicio de espasmo entre medio de la tarde tan pronto noche, tratas de enmudecer el petitorio que te arrastra a tratar de entender, y te entrometes de nuevo de calle y te conviertes en un ser aparte que todo lo juzga y sigue buscando, y antes del decreto a la orilla de la bruma, una mirada te mira entonces al reconocerte como un niño de aquellos alzando sus manos, una mirada del todo belleza que tan solo sonríe porque entiende que la noche es tela, que la inocencia está y se vierte, que el silencio existe y se baña de madre espejo nicho, y hace pausa a ratos, espera, mira sortilegio y cobija de leño porque nada se ha ido.

Me tiendo en la hojarasca como lo hacen los nidos, para mirar todo, para mantenerme despierto, para dormir.

Sí, la belleza existe, y hay que parirse en silencio para procrearla.

7 comentarios:

INGENUE dijo...

la belleza, una palabra efimera, una imagen eterna

Marina Culubret Alsina dijo...

los relojes no tienen tiempo para contemplar la belleza, el "sorry" se autoproclama bandera de miradas ciegas,....

la perseguimos, sin embargo, con todas las fuerzas del destiempo.
saludos,
:-)

Carola. dijo...

La belleza la creas tú con tu teclado y ¿tu cámara?. Sigue haciéndolo.
Un beso encantado.

sole dijo...

ya sabes, en mi primer viaje, la salida se encumbró sobre el silencio (y aún vuelo susurros). parirse una y otra vez entre el pavimento, entre las nubes, el cielo o el mar abierto, volar, nacer y estrechar las calles así como quien abraza un muro paleolítico. para volver siempre a uno.

pura belleza tu palabra.

hago reverencia con falda verde.

Amalia dijo...

estoy un poco triste para leer y demasiado confusa para escribir, me tomo de una frase (pues hay muchas) que me llama la atención...

"Me tiendo en la hojarasca como lo hacen los nidos, para mirar todo, para mantenerme despierto, para dormir"
Extrañamente cuando despertamos creemos que hemos dormido, aun cuando basta una pequeña desviación para sentir que aquella sensualidad del despertar se ha vuelto un sueño si despertamos sobre el estar despiertos.

te advertí, jeje

cariños

Carola. dijo...

Pasaba por aquí...
Un abrazo.

Amalia dijo...

querido Marcelo, gracias por tu comentario en la página...
algo escribiré sobre la retención

cariños

r.