martes, 12 de agosto de 2008

No hacía

No hacía calor. A esa hora de la tarde entre Santiago de Chile y sus reductos se instalaba comúnmente un desagradable sopor que se mezclaba con la bulla agotadora de cada diciembre de compras de mercadería y regalos. Pasos acelerados y sudores secos como al corre que te pillo en especial a esas alturas de fecha, hacían guargüero limpio como lo saben hacer los lugares que se saben de vida plena y escondrijo. En esa transa impaciente del Santiago de Estación Central, calle Exposición surcando sus fierros negros recordando viejas labranzas, pasaje Meiggs entrometiéndose pirata en medio de Sanfuentes, los comerciantes a baño maría que desde temprano se empiezan a instalar a piso cartón a medio nylon para evitarse chicharrón, el tío Rony de almuerzo con la segura carrera en la octava, la vieja Matu colándose por Sazié a vaivén de su mocoso el indio con los papelillos pelientos casi verdes que a nadie hiere pa’ los cabros universitarios a punta de charango ya atardeciendo, el Entrelatas hirviendo de chela rasca ya casi cayendo el sol, Don Completo por Matucana cada día venido a menos con sus vienesas ladrando, el Negro el Ocho haciendo lo mismo con sus pestañeantes luces blancas sobre sus bolas picadas y sus maltrechos paños viejos verdes, y luego la noche, la pose a resquicio gore camino de la disco Blondie para la tocata trance, las calcetas cuicas que se disfrazan de under con ojo de satín y negro a medio pintar, la medias de rota persa disfrazándose de cuica under con ojo de satín y negro a medio pintar, las chalailas de cuero hechiza en tanto para la peña paga del Estadio de Víctor que ya se acaba, y la fumadera del después vía Club Hípico vía Quinta Normal vía cualquier cosa caminando se emprenden rutas, y antes del toque piscola jote, antes del atraque a cacheteo limpio si hay suerte, antes que las luces a patrulla espanten la charada prístina de no pretender nada sino tan sólo saborear un querer que ahuyente el tedio y el exterminio borra de hastío perenne de esta sociedad que nada acoge y no te expreses, antes de todo y de que la fiesta se acabe su cogollo baboseado entre papel de arroz ojalá de Biblia para que el cielo se pudra, ojalá, en esa transa impaciente en que todo vibra y se mezcla de lo mismo y se mofa canalla, y su silbido que se vierte durante los goznes del día entre uña y carne color a mugre y billete transpiroso, que es lo que se sustenta desde amanecida que a pesar de toda la color se sabe digna, como emperatriz de calle limo a la vinagreta si se quiere con sus pequeñas rendijas que se van de saltos y temblores con fantasmas del pasado en rigor a etil pacífico de cuneta brillante por su orina cantata y dulces flores de la nada que brotan diariamente sin necesidad de riego al compás de sus perros vagos de nadie husmeando de rescoldos a saber de la compañía nocturna que en mutuo acuerdo espantará el frío olvido, y los rayos de sol limpiando al camino, y la bulla de la gran Alameda dictando sus pautas en Volverán los grandes revoltijos… en todo, impaciente a decir, los reductos de este Santiago herido con su verbigracia burda ralea, en esta hora de siempre irremisiblemente mientras los gritos de la última oferta pa’ los regalones prevalecen infiriendo el punto final y no se recuerda el tedio y nada tiene calvario y se respira y se vive a diario concho en todo esto en su más digna baldosa pichanguera a tal punto que cada asomo de uno sin el otro no vale por sí mismo, en este fragmento, en que la proleta suerte sabe de aquello y no escatima rechiflos para guarecerse y jamás someterse a la mazmorra yesca de la trama rancia que ya fue escrita por terceros, porque ya sabe todo de bochornos, y los bochornos a media tarde son para los que nada de esto le pertenece, antes de todo, en esa transa de media tarde, casi llegando a finalizar el primer principio, a esta hora no hacía calor. A pesar del tedio.

16 comentarios:

Marcelo Munch dijo...

De antemano se piden las disculpas correspondientes por el excesivo uso, en ocasiones, de terminologías localistas en este texto. Si se desea la explicación de alguno de ellos, no dude en consultar, es gratis, y a veces, como ahora, me disfrazo de caballero y con la mejor disposición.

Abriles dijo...

jajajajajaj
iba decirte exactamente eso.
Enviare un mail con la listita.
JAJAJA
Me gusta esa no relación del calor con el tedio.
Saludos

HumP dijo...

Sobran las palabras Marcelo, y me izo sonreir tu comentario.
Te deje un regalo en mi blog espero te guste hasta mi vuelta de vacaciones.

Un abrazo
Humphrey

Sirena Varada dijo...

Marcelo, estás disculpado (aunque con tanto localismo tendré que releerte...)

¡Ojo, que yo también te releo! Aunque contigo no hay sorpresas. Siempre me gusta lo que escribes, no sólo por la atmósfera y la progresión natural del relato sino por los vaivenes y la cadencia que, como un río, va besando las fronteras que se precisan para que la atención sea absoluta.

Escribir es un ejercicio de soledad que tiene como recompensa ver que estás haciendo algo que puede que tenga que ver contigo. (Ahora sonríe)

Besos y gracias por todo.

kany dijo...

Munch...te dejo miguitas.¿Dónde estás?,te extraño!

kany dijo...

Te leo y pareces taaaan acá!

Agostina dijo...

Ojala algún día pueda escribir de esa manera.
Felicitaciones!

Leyla dijo...

Vaya, vaya. Siento reconocer que he ido a la Blondie, pero sin esos calcetines que tu dices, y sin ser cuica sinò màs bien decadente. Sobre todo cuando uno estuvo allì adentro pensando todo el tiempo en què crestas hacìa uno ahì.... Y despuès viene el tema de las sopaipillas que nos saludan y su olor a fritanga. Y junto con eso; esas insostenibles ganas de salir corriendo y desaparecerse en el acto...

Leyla dijo...

bah! ¿Y porque pasan por aduana los comentarios?

Agostina dijo...

Ojala alguna vez pudiera escribir de esa forma, lo felicito.

Silvia_D dijo...

Se entiende bien, aunque releí jajaj

Besos, amigo

Leyla dijo...

Esta mañana he hojeado ( de hojas) a Bokowski. Què raro leer a un tipo que piensa como yo. Màs tarde irè por la Senda del perdedor...

Silvia_D dijo...

Paseaba por aquí... te dejo besos

Dr. Chapatín dijo...

Uf, qué río crispado y turbio ese que usted navega, el río de la memoria para mí que empiezo a perder el localismo guacho.
De tedio a tedio.
Suyo,

Carola. dijo...

Marcelo, me encantó como siempre tu estilo, tu forma de escoger cada palabra y de transmitir con la forma el propio contenido. Es impresionante la facilidad que tienes. Los localismos llenan de encanto lo que escribes. Te hacen ser tú.
Me encantas.

Silvia_D dijo...

Besitos :) y feliz día