Y el viejito tenía unos ojos azules, y no era nada de viejito porque era una estatua poderosa de 78 años con ese sudor fresco de rocío y de lluvia del pasado como él mismo describiera, y entonces sí, era más que cierto, vi en carne sus palabras: “No soy más que un negro con reflejos cobrizos en la piel, enamorado del mar. Recibí una sólida educación colonial. Por mis venas corre sangre negra, inglesa y holandesa. Una de dos: o no soy nadie, o soy toda una nación”.
Y sí, tenía unos ojos hermosos.
Con amor Yiyi, Hernán Videla poeta, donde quiera que estés, desde y hacia nuestro puerto de antaño.
EL AMOR DESPUÉS DEL AMOR
Llegará el tiempo
cuando, con júbilo
te encontrarás llegando
a tu propia puerta, a tu propio espejo
y cada cual sonreirá al dar la bienvenida al otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Amarás otra vez al extraño que alguna vez fuiste.
Le darás vino. Pan. Le devolverás tu corazón
al mismo corazón, al extraño que te ha amado
toda tu vida, al que ignoraste
por otro, al que te conoce de memoria.
Sacarás las cartas de amor del estante,
las fotos, las notas desesperadas,
despegarás tu propia imagen del espejo.
Te sentarás. Brindarás por tu vida.
Derek Walcott
4 comentarios:
Ah, y valiente tu que hablas de amor en el tránsito público de "marcelomunch.blogspot.com" . Yo nunca he podido en el mío.
ojos de mar sereno
ojos de tormenta
(de todo un poco)
Yo me quedo con los ojos que me invitan a dar otras miradas.
(voy a ir a ver como andan los cajones de mi estante...)
Hay brebajes que son difíciles de encontrar, y hay brebajes que ...qué suerte poder saborearlos...
un abrazo cálido,
tres veces lo lei, tres veces lo senti.
Un gran abrazo marcelo.
hump
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