sábado, 19 de junio de 2010

De callar/caer

Pareciera que tarde o temprano todo ha de caer, callar. A saber, después que acá se cayó todo, cayeron nubes a lo lejos, luego cayó el frío, noche y frío y un viento helado como piedra, cayó; luego, bajo el bullicio, tan solo silencio.

La memoria a veces calla, y entonces cae, la rabia cae pronto y luego un puño mudo deviene y a menudo después se calla también; la fe, ha caído, cayó y seguirá cayendo, la fe como tal hace rato que calló. Por el lado opuesto la disidencia fue acallada a punta de patadas y pólvora, por sus faldas la peor caída es que se haya borrado de la faz de la tierra las razones que llevaron a su callada boca, la peor deshonra es que todos testigos y partes callamos la boca nuestra y no dijimos nada, el peor designio es que hoy por hoy hasta el más bruto boche grita más fuerte que la razón. Entonces bienvenido el cambio de tema, zangoloteo saltimbanqui por un lado, y por el otro la ojeada somera de libros viejos y voces de muertos que digan que ya se hizo lo suficiente, todo con tal de justificar que algo más que un peinado hay bajo la coronilla. Y luego callamos, punto, y rellenamos el espacio con puro ruido sin voz alguna que diga algo o disienta. Y seguimos cayendo. Las futuras generaciones no sabrán de caer, pienso, la vida diaria en caída libre no sabrá que cae, el callarse la boca será parte del respiro, y entonces aquello que no cae lo ningunearemos con un “se quedó atrás” y lo envolveremos con un halo de fracaso obsoleto. Ya ni siquiera recordamos que el discernir también es un vestigio, nunca un legado, para eso están los muchos que son muy optimistas en cuanto a futuro se refiere.



Ayer se acalló otra voz. Con profunda tristeza.


“Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay”.

José Saramago

2 comentarios:

campesina dijo...

El alma del país es la que cae/calla, y tú no te dejas caer/callar. Y yo le hago empeño, se puede, cuesta, pero uno aguanta y no cae/no calla.
Digo cariños grandes para ti, de vuelta.

Anónimo dijo...

un abismo clamando a otro abismo
una voz que clama en el desierto.

también sucede, a veces, pero sucede.

saludos cordiales.

gabriela