martes, 15 de abril de 2008

Pequeño cuento de queso luna

En lo que a mí respecta a ese queso al que llaman luna se le perdió su laucha, por eso entonces guarenes todos unidos en desgracia salen cada noche mostrando insolentemente sus colmillos largos y su cola pelada, cochina, dura… los muy calientes. ¡Qué se habrán imaginado!, ¡groseros, métanse en sus cuevas y háganse hombres!… Ah, es cierto, viven bajo un encanto y necesitan del beso anónimo de alguna princesa para ello.

Pero estamos en la ciudad, aquí las princesas no abundan, y la magia no alcanza para convertir en bichos a príncipes valientes./

Acuso recibo.

Nuestro referente es nuestra propia decepción. Vivimos el sueño de terceros, y crecemos bajo certezas que no existen, tras unos cielos que no nos esperan. La carencia es la constante en nuestras vidas de isleños sobre esta flacucha faja de tierra; la carretera y la memoria así, no tienen ningún destino.

Nuestros padres hicieron su parte, ellos nos mataron a puro nervio. Era el aire, eran los silencios cómplices y culpables, eran las comas y las historias turbias de fierro negro al otro lado de la cornisa. Somos hijos de una era herida, a mucha deshonra. Ahora tememos, vaya que tememos, no al fracaso ni a la derrota, no a la condena ni a la culpa, tememos al castigo de ser descubiertos, de la misma manera que la mirada trágica de Dios nos sentenciara de por vida, de la misma manera que de niño nos arrebataran nuestros sueños las manos adultas amarradas a un reloj.

La oralidad y la fe se perdieron en el viento, hoy la palabra escrita nos ha cerrado la boca. Digo nos por mi generación y mi era, y digo nos porque sigo buscando; ya no formamos parte de ningún paraje, y ninguna luna nos pertenece.

Hemos de erradicar lo conocido, hemos de crear la palabra esperanza, y la vestiré de mí porque estoy lleno de ella.

7 comentarios:

Carola. dijo...

Y que lo digas, Marcelo. ESPERANZA, por supuesto, pero también GRANITO DE ARENA. Uno no puede quedarse con lo puesto. Siempre tiene que buscar más.
Agradezco la palabra escrita porque, aún habiendo cerrado las bocas, la tuya ha llegado lejos, hasta la otra orilla y me ha llenado los ojos y el alma.
Un beso esperanzador.

Marcelo Munch dijo...

Si no creyera en el verdadero e inmenso poder de la arena al compás del viento, no tendría mi ventana abierta, ni mi mirada más allá del azul horizonte.
Otro mundo es más que posible , otro mundo es imprescindible.

Besos y gracias Carola

BHache dijo...

Trágico sería que viajaramos juntos
porque suelo mirar siempre de frente
rara vez me detengo a ver a mi costado.

salu2!

gracias por pasar :)
nos leemos.

me gustó tu reflexión
aunque tenía ese balsamo
que le colocan a sus discursos mis profesores de derecho.

Carola. dijo...

Pasa por mi blog: regalito

Daniela dijo...

Dónde estás, que tan lejos estás que suena con tanta nostalgia este invierno sureño en tus palabras?

Si esta ventana te devuelve a tu tierra y a tus recuerdos, me siento parte del pacto.

Dani.

Silvia_D dijo...

Preciosas palabras que acompañan a la reflexión.
Saludos^^

Marina Culubret Alsina dijo...

no perderla
reinventarla
perseguirla

hay que agarrarse a la esperanza, sin dudar.

saludos...!
:-)