martes, 15 de julio de 2008

Viajar de casapuerto

Ese viaje, que no necesita de muelles, que no se apodera de trama ni divide en remanentes. Ese viaje que se aferra a sí mismo, que no controla nada ni pregunta. Ese viaje que envuelve, que conoce de brisas y seduce y baña a las playas y pinta de agujeros los muros y cercos. Ese viaje, siempre con una ribera en la otra orilla y un verdor de leche aunque sea pequeño. Ese viaje de azulejos transparentes e invisibles, que no son nada más que tan solo sus brillos como barniz de lluvia sin la nostalgia de la ausencia.

En ese viaje me sumerjo, en eso viaje existo, soy más real que la noche, yo no he de irme, yo no he desaparecer.

2 comentarios:

kany dijo...

No ande desapareciendo,ya?
mire que...después no lo encuentro,pué
estamos?

Daniela dijo...

mmmm, gracias por su viaje, porque a ratos, a tientas, uno puede aproximarse y sentir de esta otra orilla, sus destellos.