viernes, 29 de agosto de 2008

Pequeño itinerario moderno

Te levantas temprano. Sales de tu casa casi sin mirarte ni al espejo. Vas a tu lugar de trabajo o a la diligencia que tienes que hacer. Vuelves. En el trayecto de tu jornada te procuras un cigarro o un café a la hora doce, y a la hora dos te buscas qué comer. Almorzarás a lo mejor alguna bandeja de comida rápida con raciones individuales, o alguna pequeña fruta porque no tendrás el tiempo ni el dinero ni las ganas para procurarte algo mejor. Recordarás sentado mientras comes lo que tenías que hacer, lo que hiciste y lo que quedó pendiente. Nada más recordarás, hay que terminar lo antes posible, tanto trámite es una verdadera molestia. Vuelves. Cierras tu puerta, te sacas tus zapatos, te entierras en tu televisor. Se acabó el itinerario. Hasta mañana.

Ahora me meto en tu sueño y te digo lo que olvidaste. Tengo aliados muy poderosos, la bazofia que comiste lo confirma, tarde o temprano tu vesícula pagará la cuenta, por ahora no podrás dormir todo lo bien que debieras. Bien por mí, me oirás mejor. Tu caminata… te digo, Qué caminata… dirás tú, Tu caminata de la mañana… Tú imaginarás entonces el recorrido, yo te conduzco, desde la mañana recuerdas, el muchacho aquel perdido en medio de la urbe que te mirara buscando cobijo o dirección y tú seguiste de largo porque no había tiempo; o la señora del colectivo que te clavó leve y dulcemente los ojos porque le recordaste a un hijo y tú te alejaste porque es mejor alejarse de esas cosas; o ese vagabundo con quién te topaste y que ni te molestaste en leer sus arrugas; o ese cajero que te insultó con la dureza de su cara porque tampoco lo miraste y tan solo te dirigiste a él con un apúrate porque nada más te interesó. Y luego continuaste con tus trámites para finalmente cruzarte con un remoto pariente o un aquel que en algún tiempo fue casi un amigo pues compartieron un secreto, pero preferiste ocultarte con una revista y seguir de largo también. Y seguiste de largo cuando pasaste frente a un cine donde daban por enésima vez esa vieja película que tanto te gusta, y seguiste de largo cuando escuchaste ese antiguo bolero que te hiciera remontar a esa bella memoria de tiempos idos, y seguiste de largo cuando viste a ese anciano en esa banca de esa plazoleta con la iglesia de fondo que te hiciera recordar a tu padre que se sentara mil veces de la misma manera. Seguiste de largo, para qué detenerse y sentir nada, para qué perder tiempo con tonteras, había que terminar, ya no importa.

Ahora, que me metí en tu sueño, doy mi veredicto y te sentencio a que mañana temprano te mirarás en el espejo y verás tan solo tu peinado, si tus dientes están blancos, si tus ojeras no resaltan y si tu ropa luce bien, pero no te mirarás a ti mismo, y ni siquiera te reconocerás. Te mirarás al espejo como nada, te mirarás al espejo, te lo encaro ahora que lees, Mírate… sentencio.
Muy bien, perfecto, así te quería ver, estás listo para otro itinerario más, ya estás alienado.

12 comentarios:

Agostina dijo...

Un genio usted! Increible.

HumP dijo...

Como siempre acreciento cada dia mas mi respeto por vos.
Un abrazo entrañable.
Humphrey

Anónimo dijo...

Da miedo la razón que tenés. Te agrego a mis links, me gustó mucho tu blog. Un beso

Sirena Varada dijo...

Las imágenes cruzan el pensamiento cuando soñamos. Y si alguien entra en los sueños y dice: “fíjate cuantas cosas te estás perdiendo”, y si alguien entra en los sueños y te recuerda que sigues vivo, y si alguien entra en los sueños y te dice que despiertes, quizá entonces, y sólo entonces lo más bello será lo que soñamos.
Gracias Marcelo por repartir tu universo.

También estoy aquí, lo sabes.

Besos

Silvia_D dijo...

Los espejos a veces no reflejan mas que lo que queremos ver...

Buenísimo texto, felicidades :)

Besoss

Anónimo dijo...

Yo me he alienado hacia adentro, tal como dices.
Acá la música aún se derrite.

Shiops dijo...

hola, hace mucho no recorría estos caminos tan llenos de letras, tan llenos de ideas que terminan por hacerte tropezar y confundir. Pues bien, aqui estoy, desorientada ante tanta verdad (por lo menos para mi, ya habrá quien dirá que la verdad no existe)...
Hay quienes nos seguimos mirando al espejo ¿sabes?, intentando ver lo que ya perdimos, cosa inútil, pero por ahi dicen que la esperanza es lo ultimo que se pierde...
Saludos!

Amaranta dijo...

Se me agolpa en los sentidos eso de "La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso en la masa pegajosa que se proclama mundo...", cada mañana Cortazar susurra la rutina...
Cada mañana espero no perderme de la vida...

kany dijo...

Con razón se te extraña pué!

Abriles dijo...

Tu texto es un espejo…
Mis saludos

Marina Culubret Alsina dijo...

¿por qué no soñar despiertos y así no pasamos de largo? :-)

me encantó...!

un beso de llampedken remontando vuelo........

gabriela clavo y canela dijo...

Eso es vivir con los días contados sin saberlo.

G