jueves, 23 de septiembre de 2010

Puñales de cemento

Vuelta al tedio murmullo Santiago, una bocina que arde, una desempolvada de tacos que agota, un de nuevo no te pesco. Y yo aquí que no he pausado, la ciudad se disculpa por haberse vaciado de un de repente y no tuvo nada nuevo que mostrarme, mi turno diario de siempre un nuevo invento hizo gala de su fertilidad nuevamente, contemplando, oliendo, un hombre pobre que me dice que se fija en la que nadie fija y se yergue conquistador de mares en su cuneta de saco roto, una niña nívea que me gracias por el no interfiero y hay puro amor en su distancia, un duro que me confiesa su prontuario cana y se despeja humo del Señor que le dio ojos para empezar a nuevo, un profesor de otras tierras que me mira niño y escucha oyente mi paso de no abrir mi boca y nos convidamos un vaso de chicha y una empanada, y tuve que presentarle a Teillier, sé que se llevarán bien los dos.

La tarde se renueva y se multiplican punas de zapatos rutina sobre cemento, me pienso que para muchos es la única línea, tengo la regalía de pensarme pues puedo preferir mi vuelo de ángel con sus líneas paralelas sin punto de fuga donde el todo se dibuja en tiempo presente, tengo llenos los bolsillos de semillas de aire para levantar el vuelo aquí aferrado a mi sitio de papel mache.