Me dijo alguien sobre un peso lleno de decepción, me dijo rabia pena sobre el todo de fin, Ya no hay vuelta, me dijo, Tengo tristeza de piel y mis hijos tan solo cuelan monedas, el resto da lo mismo, me dijo, Perdí a mi hombro, me siguió diciendo, Mi pareja madre perdí y ya no hay nada que celebrar porque me falta la mitad más uno de mí.
Se despidió con un beso abuelo y abrazo apretado niño. No sé porque suceden estas silenciosas cosas, ahora las veo desde este balcón ventana de sala de fotografía. Prometí dejar encerrada la escritura al menos por cinco años. Parece designio. Estoy aquí de guía solamente para ser guiado. Y me senté a escribir.
2 comentarios:
Por favor, no creas en designios y sigue escribiendo...
el mio es leerte silenciosamente.
Un abrazo
Interesante tour de force
hacia lo íntimo y el encuentro
del yo. Felicitaciones por las letras.
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